miércoles, marzo 31, 2010

Diseño consciente

Para explicar y desarrollar mi punto de vista acerca del diseño consciente me gustaría comenzar con, el caso del cerezo, publicado en Cradle to Cradle por Michael Braungart y William McDonough :
Miles de flores se transforman en frutos para pájaros, humanos y otros animales, para que el hueso pueda, eventualmente, caer al suelo, germinar, y crecer. ¿Quién, contemplando el suelo cubierto de pétalos de cerezo, no exclamaría, quejumbroso: '¡Cuánta ineficiencia y desperdicio!'? El árbol hace numerosas flores y frutos sin agotar su entorno. Una vez caídos sobre la tierra, sus materiales se descomponen y se rompen en nutrientes que alimentan a microorganismos, insectos, plantas, animales y al propio suelo. Aunque es verdad que el árbol fabrica su 'producto' en número mayor de lo que necesita para su propio éxito en un ecosistema, esta abundancia ha evolucionado (a lo largo de millones de años de prueba y error, para servir a numerosos y variados fines). De hecho, la fecundidad del árbol alimenta prácticamente a todo lo que tiene alrededor.
¿Cómo sería el mundo construido por los humanos si lo hubiera producido un cerezo?".
El mundo seguramente sería otro, cabe destacar que el árbol nunca agotó su entorno, pero sin embargo produjo mas frutos y flores para sustentar todo lo que le rodeaba, tal vez nosotros apenas estamos en la etapa de prueba y error, supongo que es nuestra manera de aprendizaje, por lo tanto, tocaré un tema que no sería necesario, si no existiera el error, del que seguramente muchos han escuchado hablar, pero al que es complicado dirigirle la mirada, digo que es complicado por la controversia que genera, por las opiniones y argumentos de distintas índoles que se crean alrededor de él, pues es una situación sobre la que hemos tenido que reflexionar apenas en las últimas décadas, como consecuencia de nuestro abuso hacia la naturaleza y a nosotros mismos, aunque muchos estén pensando en cuantas veces han ahorrado energía eléctrica, agua y reciclado basura, como diseñadores no solo podemos contribuir de esa manera, tenemos la capacidad de producir y transmitir mensajes que llegarán a mucha gente, por lo tanto también tenemos la responsabilidad de ser conscientes acerca de lo que sucede a nuestro alrededor, de ser observadores, reflexivos, analíticos, críticos y razonables acerca de las consecuencias que pueden generar las cosas que hacemos; los mensajes que damos y entender esas estructuras en las que nuestro pensamiento se ha desarrollado para proyectar las que funcionan, y no las que nos hacen decadentes, para entonces generar; sustentabilidad, y comenzar a crear un cerezo.

Raquel Pelta en su blog Design Thinks hace referencia sobre lo que John Thackara denomina como “diseño consciente”, que es; un modo de diseñar apoyado en la idea de que la ética y la responsabilidad pueden informar las decisiones de diseño sin complicar la innovación social y el desarrollo tecnológico que necesitamos llevar a cabo.

Thackara dice que ese “diseño consciente” supone la determinación de:
“Pensar en las consecuencias de las acciones de diseño antes de ponerlas en marcha prestando especial atención a los sistemas naturales, industriales y culturales que se encuentran en el contexto donde dichas acciones tienen lugar”, es decir plantearse que tal vez una campaña política generará toneladas de basura, en una comunidad donde el principal problema son los basureros que no se dan abasto.

-“Tomar en consideración qué material y energía está presente en los sistemas que diseñamos”, no es lo mismo imprimir a dos tintas, que aparte de ser mas barato, utilizará menos energía, que imprimir a diez, porque se nos escapó el logotipo de un patrocinador, o porque nos dio flojera planear.

-“Dar prioridad a la entidad humana y no tratar a la gente como un simple “factor” dentro de algo mayor”, no nos hace una corporación, ni una empresa, nosotros las hacemos a ellas.

- “Proporcionar valor a las personas y no personas al sistema (como en la mayoría de los casos hace el marketing actual)”. Participar en proyectos que mejoren la vida, no en aquellos que intenten involucrar a la gente en un circulo vicioso de consumismo.

- “Tratar el “contenido” como algo que hacemos, no como algo que vendemos”, de esta manera nuestro trabajo vale por lo que es, no por lo que cuesta (en términos de dinero).

- “Tratar el lugar, el tiempo y la diferencia cultural como valores positivos, no como obstáculos”, trabajar en otro contexto, siempre hará crecer el entendimiento que tenemos del mundo, ampliará nuestros horizontes y reducirá nuestros limites.

- “Centrarse en los servicios y no en las cosas y abstenerse de inundar el mundo con artefactos carentes de sentido.”

Este autor considera, además, que muchas de las situaciones problemáticas que se plantean en nuestro mundo actual son el resultado de malas decisiones de diseño.


Si tenemos en cuenta estos puntos, contribuiríamos enormemente al avance de nuestras sociedades, tal vez piensen que seguir esto es utópico, y que aunque tengamos las mejores intenciones, si lo contrario es lo único que da trabajo, no lo pensaremos un segundo, tal vez eso sea mas realista, sin embargo, siempre hay maneras de contribuir, y de intentar hacer un cambio, y si siendo diseñadora de información, por lo que implica, tengo más oportunidad y herramientas para hacerlo, lo haré, esto, es uno de mis intentos, siempre podemos decidir que tipo de diseñadores queremos ser, ¿no creen?.

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